Libros Infantiles Prohibidos En La Dictadura

Los libros infantiles prohibidos en la dictadura: una mirada a la censura y represión cultural

En la década de 1970, la Argentina atravesó una de las dictaduras más sangrientas y violentas de su historia. Junto a la persecución política, la represión cultural fue una de las formas en que el régimen militar buscó imponer su ideología y controlar la sociedad. En este contexto, la censura de libros infantiles fue una práctica recurrente, y muchos títulos fueron prohibidos, quemados y ocultados. ¿Qué motivó esta medida y qué impacto tuvo en la infancia y la cultura?

La prohibición de libros infantiles durante la dictadura fue parte de una estrategia más amplia de control social y represión de las libertades individuales. La literatura era considerada una herramienta peligrosa por los militares, ya que podía fomentar la rebeldía, la creatividad y el pensamiento crítico. Los libros que cuestionaban el orden establecido, con temáticas como la justicia social, la igualdad de género, la diversidad cultural, la solidaridad y la libertad, fueron eliminados del mercado y de las bibliotecas escolares y públicas. Además, muchos autores fueron perseguidos y exiliados, y muchos lectores se vieron privados de la posibilidad de acceder a obras valiosas y enriquecedoras para su formación.

El impacto de la censura en la infancia

Los libros infantiles prohibidos en la dictadura representan la expresión más clara de la visión conservadora y autoritaria del régimen. La idea de una infancia sumisa, obediente y pasiva, sin capacidad para tomar decisiones o pensar por sí misma, era el modelo que los militares querían inculcar. Para ello, era necesario borrar cualquier huella de diversidad, pluralismo o disidencia. Los cuentos, fábulas y novelas que promovían la imaginación, la curiosidad y la exploración del mundo eran considerados subversivos y peligrosos. En su lugar, se promovió una literatura única, uniforme y vacía de sentido, que pretendía imponer la ideología dictatorial en la mente de los niños y niñas. La consecuencia directa de esta política fue la mutilación de la imaginación y la creatividad, y la privación del derecho a la educación y la cultura para miles de personas.

El legado de los libros infantiles prohibidos en la dictadura

A pesar del intento de borrarlos del mapa, los libros infantiles prohibidos en la dictadura sobrevivieron al tiempo y hoy son un testimonio valioso de la resistencia y la lucha contra la censura. Gracias a la labor de estudiantes, maestros, bibliotecarios y escritores, muchos de estos títulos fueron recuperados y reeditados, y hoy forman parte del patrimonio cultural de la Argentina. La memoria histórica es una herramienta fundamental para comprender el pasado, reflexionar sobre el presente y construir un futuro más justo y democrático. La literatura y la infancia son dos ámbitos que se cruzan y se enriquecen mutuamente, y que deben ser cuidados y protegidos de cualquier intento de control y represión.

Libros infantiles prohibidos: una selección de títulos y autores

Algunos de los libros infantiles y juveniles que fueron censurados por el régimen militar son:

  • El libro del buen amor, de Juan Ruiz
  • El principito, de Antoine de Saint-Exupéry
  • Cuentos para Verónica, de Juan Forn
  • El oso que no lo era, de Frank Tashlin
  • El tunel, de Ernesto Sábato
  • Historias de Cronopios y Famas, de Julio Cortázar
  • La cuncuna filomena, de Pilar Sordo
  • La historia de Babar el elefantito, de Jean de Brunhoff

La resistencia cultural como una forma de lucha

La censura de libros infantiles durante la dictadura fue un instrumento más de la política represiva de los militares. Sin embargo, la literatura y la infancia lograron resistir y abrir caminos de libertad y expresión. La lucha por la cultura, la educación y los derechos humanos es una tarea que nos concierne a todos y todas, y que debemos seguir sosteniendo con convicción y compromiso. Los libros infantiles prohibidos en la dictadura son un capítulo de nuestra historia, pero también una lección para el presente y el futuro.

Preguntas y respuestas sobre libros infantiles prohibidos en la dictadura

¿Qué motivó la censura de libros infantiles durante la dictadura?

La censura de libros infantiles fue parte de una estrategia más amplia de control social y represión de las libertades individuales. La literatura era considerada una herramienta peligrosa por los militares, ya que podía fomentar la rebeldía, la creatividad y el pensamiento crítico. Los libros que cuestionaban el orden establecido, con temáticas como la justicia social, la igualdad de género, la diversidad cultural, la solidaridad y la libertad, fueron eliminados del mercado y de las bibliotecas escolares y públicas.

¿Qué impacto tuvo la censura en la infancia de la época?

La idea de una infancia sumisa, obediente y pasiva, sin capacidad para tomar decisiones o pensar por sí misma, era el modelo que los militares querían inculcar. Para ello, era necesario borrar cualquier huella de diversidad, pluralismo o disidencia. Los cuentos, fábulas y novelas que promovían la imaginación, la curiosidad y la exploración del mundo eran considerados subversivos y peligrosos. En su lugar, se promovió una literatura única, uniforme y vacía de sentido, que pretendía imponer la ideología dictatorial en la mente de los niños y niñas. La consecuencia directa de esta política fue la mutilación de la imaginación y la creatividad, y la privación del derecho a la educación y la cultura para miles de personas.

¿Cómo se rescataron los libros infantiles prohibidos después de la dictadura?

Gracias a la labor de estudiantes, maestros, bibliotecarios y escritores, muchos de estos títulos fueron recuperados y reeditados, y hoy forman parte del patrimonio cultural de la Argentina. La memoria histórica es una herramienta fundamental para comprender el pasado, reflexionar sobre el presente y construir un futuro más justo y democrático.

¿Por qué es importante recordar y reflexionar sobre los libros infantiles prohibidos en la dictadura?

La lucha por la cultura, la educación y los derechos humanos es una tarea que nos concierne a todos y todas, y que debemos seguir sosteniendo con convicción y compromiso. Los libros infantiles prohibidos en la dictadura son un capítulo de nuestra historia, pero también una lección para el presente y el futuro. La literatura y la infancia son dos ámbitos que se cruzan y se enriquecen mutuamente, y que deben ser cuidados y protegidos de cualquier intento de control y represión.

Conclusión de libros infantiles prohibidos en la dictadura

La censura de libros infantiles durante la dictadura fue una forma más de reprimir la creatividad y la imaginación de las personas. La literatura y la infancia son ámbitos fundamentales para la formación de las personas y para la construcción de una sociedad justa y democrática. La memoria histórica es la herramienta que nos permite reflexionar sobre el pasado y construir un futuro más libre y solidario.

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